7 hábitos diarios que han transformado mi vida
Estos hábitos son mi guía, pequeñas prácticas que me ayudan a acercarme más a Dios, a vivir con propósito y a disfrutar el momento presente.
1. Hablar con Dios
Hablar con Dios es la base de mi día. A veces, es leyendo el evangelio y reflexionando sobre su mensaje; otras, escribiéndole, compartiendo lo que siento, o simplemente meditando en silencio o caminando, dejando que Él hable a mi corazón. Cada conversación con Él es un recordatorio de que nunca estamos solos y de que Él tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros.
2. Movimiento
Mover mi cuerpo me llena de energía y me conecta con mi bienestar físico, mental y espiritual. Cada semana busco un balance que escuche lo que mi cuerpo necesita: desde Pilates, caminatas o estiramientos suaves, hasta ejercicios más intensos como HIIT o deportes. Lo importante no es la intensidad, sino honrar el regalo que es nuestro cuerpo y mantenerlo sano y en movimiento.
3. Salir afuera
Me llena tanto salir al aire libre. Vivir en el trópico nicaragüense es un privilegio: el sol, los árboles, el mar y el aire fresco me dan energía y renovan mi espíritu. Caminar, sentir la luz del sol en mi piel y respirar profundamente son pequeñas acciones que traen gozo y me recuerdan la grandeza de la creación de Dios.
4. Crear
Crear es una forma de expresar el alma. Puede ser escribiendo reflexiones, tomando fotografías, dibujando o trabajando en algún proyecto especial. Cada acto creativo es una manera de conectarme y de compartir algo bueno con los demás. Crear me recuerda que todos llevamos algo único dentro, y al dejarlo salir, reflejamos como imagen y semejanza de Dios.
5. Lectura
La lectura es un hábito que me nutre. Aunque sea solo una página al día, siempre busco aprender y crecer a través de libros que me inspiran. Mis temas favoritos incluyen psicología, maternidad, religión y filosofía. Actualmente estoy leyendo We Who Wrestle With God de Jordan Petterson, y cada día encuentro algo que me mueve y me invita a reflexionar.
6. Dar
Dar es una de las mayores formas de amor. Como mamá, una da constantemente: tiempo, atención, cuidados y mucho cariño. Pero también busco formas de dar a otros, ya sea con una sonrisa, amabilidad o escuchando. Dar nos transforma porque nos recuerda que estamos aquí para servir y ser luz en la vida de los demás.
7. Embellecer
Embellecer es un hábito que me conecta con la gratitud y el amor por lo que me rodea. Ordenar mi hogar, decorar algún rincón, cuidar mi espacio o arreglarme a mí misma son pequeñas acciones que traen belleza al mundo. Embellecer no es superficial; es un acto de cuidado y de amor hacia nuestra vida, nuestro entorno y las personas que amamos.
Estos hábitos me han transformado, dándole sentido y propósito a mis días. No son reglas ni listas interminables, son formas simples de vivir con intención, de acercarme más a Dios y de encontrar belleza incluso en lo cotidiano.
¿Qué hábitos te inspiran a ti?
#Diariamente